Uno de los sesgos cognitivos más comunes que tenemos es caer en la trampa de los descuentos y ofertas.
Cuando el precio de un producto o servicio es de $100 y tiene un descuento del 50%, solemos pensar que nos estamos ahorrando $50 pavos. Ese es el sesgo. Cada uno paga por el valor final. Punto.
No te ahorras $50, pagas $50.
Si este tema es tu interés, te invito a leer este blog post de Cardinal que resume 65 sesgos de manera práctica y precisa.
Pd. La edición del martes no salió correctamente. Aquí la tienes disponible (2 en 1, pero sin engaños…)