Estamos ante un proceso de transformación sin precedentes.
Es tiempo de reinventarnos. Pero no sin antes contemplar. Contemplar afuera y contemplar adentro.
Hoy. Mañana. Y pasado mañana. Y así…
Reinventarnos ya no se trata sólo de diseñar un nuevo plan o modelo de negocio.
Reinventarnos, en esta oportunidad, y para siempre, se parece más a dejar que nazca, en uno, una nueva sensibilidad.
Reinventarnos, ahora, se parece más a dejar que la vida haga su trabajo en nosotros.
Reinventarnos, ahora, se parece más a permitir que redes neuronales que estaban dormidas se despierten.
Nuestra mayor transformación, requiere de nuestra parte, de una mayor escucha y contemplación.
Gonzalo Arguello
garguello@gmail.com
Pd. Este post es una respuesta al pedido especial de la edición anterior.