Hace muchos meses que no publicaba una entrada de Sin Dopamina.
[Recordatorio: el propósito de esta sección Sin Dopamina es compartir contenidos que no vas a encontrar en Instagram ni en otras redes, y que tengan como finalidad promover la reflexión más que la acción]
Tal vez la razón por cuál hace tiempo no publicaba nada sobre esto es justamente porque no me había topado con nada interesante.
Pero todo cambió el sábado pasado. Prendí mi Mac, navegué en el buscador de Youtube y apareció. 10 minutos (el tiempo ideal para quedarte enganchado). Su cara impostada en la pantalla.
Lento y pausado. Un video que no te estimula a hacer click en otro lado. Sin dopamina. El detalle en cada palabra. Una lección acerca de como contar historias. Un final que me incomodó con lágrimas.
¿Por qué es relevante para este blog?
Porque hablamos de que el marketing es cerca de valores, y en esta historia se cuenta uno de ellos. Porque todos pueden copiar tus ideas, pero pocos pueden hacerlo con tus valores.
Poeta, artista, filósofo, criollo y pensador a caballo.
Yo creo (y lo sigo muy en serio) que un Atahualpa Yupanqui hoy podría ser la cara de Hermes o Louis Vuitton.
Por sus valores. Por su identidad. Por su honestidad.
Gracias, maestro.