Si estás en la industria del conocimiento, este post puede resultarte útil.
Te cuento: casi un mes atrás, me quedé pegado a Youtube viendo un debate que se viralizó en México.
Carlos Muñoz vs. Diego Ruzzarin.
No conocía a ninguno de ellos.
El primero representaba a la positividad, al marketing, al arte de ayudar. La acción concreta.
El segundo todo lo contrario. Lo presentan como la negatividad, la filosofía y el arte de hacerte pensar. El humo de la nada.
En resumen, Ruzzarin demolió por knock out a Master Muñoz (si, este personaje se autodenominó así) en un intercambio de ideas dejando en evidencia la gran industria de vender cursos online apelando a las emociones de los estudiantes.
El filósofo dijo en palabras lo que muchos pensamos, pero no sabemos como decirlo: la gran mayoría de influencers abusan del marketing, prometiendo de más y entregando de menos.
El resultado fue interesante. El filósofo se convirtió en el marketing y el marketinero en humo. Todo al revés.
Y de allí mi reflexión personal.
Estamos entrando en una nueva era, donde el marketing tendrá que tener más contenido de «filosofía» y menos de vendernos una solución fácil.
Más de hacernos pertenecer y vendernos el para que, y menos de «haciendo click aquí resolvemos todos tus problemas»
¿Es el fin de Marketing?
Al contrario. Necesitamos más marketing, pero honesto. Basado en valores y en transparencia.
Así ganamos todos.
Y se terminan los giles.
Pd. Click aquí para ver la pelea.