Branding, Hábitos y Rituales
Días atrás Juan terminó una reunión en el centro de Madrid.
15.00hs. Muerto de hambre.
A los pocos metros, un McDonald´s.
Necesitaba comer rápido. Se preguntó: ¿Por qué no?
Unos 5 segundos de micro reflexión, una auto mirada cómplice y tomó la decisión.
Mientras hacía el pedido, se sentía culpable, ridículo y algo teenager.
La espera resultó ser tediosa y larga. Mientras esperaba el menú, rezaba a que ningún conocido lo viera.
Seamos sinceros. La propuesta de valor es buena. La hamburguesa con queso nunca defrauda y las papas siempre están crocantes. Todo por 7€.
Aun así la experiencia para Juan fue una tortura.
Buscar la mesa más alejada en el último piso y comer con mucha culpa.
Entonces: ¿Quién cambió?
¿La marca o Juan?