¿Con cuál nos quedamos?
Una es acerca de disfrutar el proceso.
La otra acerca de cumplir el objetivo. La meta es lo importante.
Una nos brinda flexibilidad y adaptación a los cambios.
La otra en cambio es rígida y nos apega a las cosas.
Una nos obliga a preguntarnos ¿para qué estamos haciendo esto?
La otra en cambio nos exige únicamente resultados.
En los pocos días que quedan para cerrar el año no vamos a resolver los conflictos que quedaron pendientes, ni responder mails que no suman ni pensar la estrategia de marketing del año.
En cambio sí podemos utilizarlos para planear y diseñar un nuevo año que nos llama la puerta, poniendo por escrito lo que nosotros queremos que sea de él.
¿Intenciones o expectativas?
Feliz 2019