Esto es lo que aprendí en mi carrera profesional acerca de tener mentores.
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- Busca una persona que no solo admires, sino que además te pueda responder la siguiente pregunta «¿qué estás viendo que yo no puedo ver?»
- Nunca le pidas a alguien que sea tu mentor de forma directa. Seguramente huya. La palabra está asociada a mucha inversión de tiempo, no remunerada y sin resultados medibles.
- Primero crea una relación con la persona. Tú también tienes que aportarle valor a la otra. En otras palabras, el valor tiene que ser bidireccional, aunque sea asimétrico.
- Un mentor no es un coach. Un mentor debe ser la persona que ya paso por donde tú estas ahora y tiene que ayudarte a evitar cometer los errores frecuentes.
- Por más que tengas un gran mentor, no olvides el principio: «escucha a todos, no sigas a nadie»
- No existe una frecuencia ideal, pero tener un contacto mínimo trimestral suena lo más lógico para mantener una charla de valor para ambos.
- En la era de Zoom y Facetime, trata de agendar al menos un encuentro presencial. Llegado el caso, trata de pagar tú el café.
- Se extremadamente respetuoso del tiempo del otro. Seguramente el mentor que buscas tenga una agenda apretada. Si le escribes un email, podrías empatizar cerrando el correo con algo como: «Sé que estás con muy poco tiempo. No te preocupes por responder este email»
- Si has probado muchos de estos pasos y no has tenido resultados, prueba llamarlo a él
Todo este contexto fue escrito para que me ayudes con una de las metas de mi año: conseguir un mentor.
¿Alguna recomendación?