Hay muy poca educación acerca de la diabetes. Solo jornadas como hoy, 14 de noviembre -día mundial de esta enfermedad– los medios publican algunas columnas interesantes para concientizar sobre sus causas y efectos.
Sin embargo, la razón por la cual decidí escribir acerca de esto es porque cada vez que me encuentro con conocidos que no saben que soy diabético, se generan conversaciones interesantes acerca de hábitos y costumbres sobre la alimentación, tratamientos y consecuencias de los malos estilos de vida que como sociedad solemos llevar.
A partir de estas charlas, la diabetes me dejó una serie de reflexiones acerca de cómo gestionamos el tiempo y la salud en nuestras vidas.
1. Gestión del corto plazo. Cada diabético (de tipo 1) tiene que medir su azúcar en sangre al menos 3 veces al día (aunque hoy ya existe la tecnología para hacerlo en tiempo real). Ello implica que tenemos que dejar lo que estamos haciendo en ese momento para enfocarnos en el control. Todos los días. Pienso que esta tarea es como meditar; te obliga a ser más consciente del momento presente y a enfocarte en tu chequeo diario.
Reflexión: ¿Nos estamos tomando el tiempo para frenar unos minutos por día, respirar y volver a seguir?
2. Gestión del largo plazo. La diabetes es una enfermedad muy silenciosa. Las consecuencias de un mal tratamiento de hoy se ven en 5-10 años. Ser diabético exige una fuerte disciplina para que el organismo no sufra los daños colaterales y podamos tener una vida saludable durante el proceso. Nos obliga a hacer ejercicios y a comer más sano, evitando dulces y carbohidratos.
Reflexión: ¿Sabemos cuáles son las iniciativas que estamos haciendo hoy que tendrán un impacto positivo/negativo en el largo plazo? ¿Qué podemos comenzara a hacer para evitar efectos negativos más tarde?
Para los diabéticos en la sala, feliz día. Y para los interesados en saber más y colaborar, click aquí