La razón #1 es que todos tenemos un punto ciego. Algo que no vemos en nuestro día a día y que ni tu socio, pareja o amigo puede detectar.
¿No estaría bueno que alguien te ayude a hacerte mejores preguntas para poder potenciarte?
La razón #2 es que por más de que tengas un don y puedas autocoacherte, siempre habrá espacio para buscar nuevas fuentes externas de motivación.
Y la tercera, es que casi todos los profesionales high performance como Jeff Bezos, Tim Cook, Roger Federer o Lionel Messi tienen uno.
Por lo que concluímos: Si ellos, que ya son cracks, necesitan un coach ¿por qué piensas que tú no?