Tienes una organización, una marca o empresa.
O tal vez eres tú la propia marca.
Tienes una cuenta de Instagram, Twitter o Facebook.
Tienes usuarios que siguen tus contenidos e interactúan contigo.
Pero, ¿son ellos tu comunidad?
¿Tienes un propósito que sea común a todos?
¿Agregas valor más allá de las fotos y videos que comunicas?
¿Comparten tus usuarios experiencias y conocimientos para potenciarse?
¿Promueves la curiosidad y nuevas maneras de ver y hacer las cosas?
Ya no necesitas un community manager.
Necesitas un community designer.