La semana pasada hubo ruido en los medios y redes sociales.
Justamente uno sus creadores, Mark Zuckerberg, anunciaba con bombos y platillos su nueva visión: el Metaverso.
La mala imagen que Facebook venía trayendo desde el escándalo de Cambridge Analytics, aceleró esta transición corporativa.
Pero…. ¿Qué es el Metaverso? Mark lo sintetiza como el nuevo mundo de realidad virtual, donde la vida física y digital convergen.
La primera reacción cuando uno profundiza esta tendencia es pensar en voz alta: ¿hacia aquí vamos? ¿Esto es realmente el progreso de la civilización? ¿Estar conectados con gafas o dispositivos y perdernos de la magia de la conexión real?
La segunda reacción es un leve enojo: Mark nos quiere atontar para vendernos publicidad como zombis.
La última reacción es proyectar: se creará a una grieta, donde de un lado estamos los que amamos la vida terrenal y del otro, los zombis conectados a «estas gafas multidisciplinarias interconectadas con el mundo espacial»
Pero estaba equivocado. ¿Acaso nosotros los adultos ya no estamos sumergidos en un tsunami digital?
¿Y si el Metaverso en vez de ser un «lugar» es el «tiempo» que le destinamos a lo virtual?
Pensar en la grieta al final era el camino más fácil para opinar. Era dejarse de ver el ombligo.
No estamos entrando en un mundo donde la línea entre lo real y virtual se vuelve difusa.
Ya estamos en ese mundo.
La pregunta es: ¿Y qué haremos nosotros en el?
Pd. Este tweet sintetiza muy bien porque pensar en una grieta es a mi entender una visión errada.
https://twitter.com/ShaanVP/status/1454151237650112512?s=20
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