Emprender, Hábitos y Rituales, Liderazgo
Los viajes por trabajo pueden ser una tortura.
Muchas horas de curro, escalas infinitas, romper con las rutinas de ejercicios y extrañar a tu familia o amigos.
Pero tienen algo muy positivo: cuando regresas, el que tienes delante de tu monitor, es una versión distinta del que se fue. Saliste de tu oficina y pudiste ver tu realidad con otra perspectiva. Te cuestionaste y con seguridad te hiciste las preguntas importantes.
Entonces:
Si al regresar miras para abajo y sigues con el mismo excel, sin duda has perdido una oportunidad.
Si en cambio esas preguntas y cuestionamientos se vuelven iniciativas, proyectos o intenciones de cambio, ganaste mucho más que un viaje: creciste como persona y profesional.
Ok, ¿Ya sabes cuál es tu próximo destino?